jueves, 16 de marzo de 2017

Restaurante María Trifulca

El domingo pasado visité, por primera vez, este restaurante desde su cambio de nombre y de su nueva idea de cocina, ya que antes si lo había visitado con su antiguo nombre el Faro de Triana, ahora se llama María Trifulca y, en mi opinión, merece la pena.

Aunque la mayor belleza es mi niña, el entorno, espectacular
La guapisima señorita que sostiene la carta no es una camarera, es mi niña, así que si pensabáis ir al bar por ella, es inútil. Bueno, como ya he dicho varias veces, lo principal de una buen comida es una buena compañía y yo tuve la mejor.
Pasando al restaurante en sí, además del entorno, le han dado un buen lavado de cara.


Está en la frontera entre Triana y Sevilla, justo en el Puente de Isabel II o, como lo llamamos los sevillanos desde siempre, el Puente de Triana. Lo rodean la Plaza del Altozano, el puente, la calle Castilla, en fin, más trianero no puede ser.

Comimos en la parte de arriba, el día estaba para ello



En cuanto a la comida propiamente dicha, cada plato mereció la pena, todo riquísimo.

Alcachofas buenísimas
Zamburiñas y gambas
Chipirones
Arroz con carrillera, que recomiendo pedir de lo primero
Pulpo gratinado con mayonesa de pimentón picante
Aunque parezca otra cosa es una torrija buenísima


En definitiva, una comida excelente en cantidad, calidad y servicio, pues el tiempo de servicio de los platos, en su momento, y las camareras te atienden rápido y son agradables. 



Fue el menú de cuatro personas, teniendo en cuenta que van dos botellas de vino y que quedamos más que satisfechos, es un precio que está bien para el sitio y la comida. Además de comer teniendo estas vistas.




 Por cierto, el nombre de Maria Trifulca puede tener dos orígenes, según la leyenda, a la altura del Puente del Centenario había en los años 40 una playa en el río, a un lado, Heliópolis donde se reunían amigos, familias, etc... a echar el día de playa, y había kioscos donde se vendían sardinas, helados, etc,. La otra orilla la usaban prostitutas y homosexuales, que daban un uso distinto a los bañistas. Algunas de las historias hablan de una mujer mayor llamada María, que se encargaba de un puesto de venta en la playa, su carácter desagradable hizo que los bañistas le llamaran María Trifulca.
Otras lenguas hablan de que era una antigua regente de una casa de citas que abrió una venta en la playa.
En definitiva, un restaurante que recomiendo, y si hace mal tiempo tienen la parte interior. Buenos amigos, espero os haya gustado.




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