Allí hay una cooperativa, donde se pueden catar y comprar cientos de tipos de vinos. Hay una maquinitas muy curiosas, donde metes una tarjeta, comprada previamente en el mostrador, y eliges si quieres cata, media copa o copa entera, del vino que elijas, así puedes probar varios antes de decidir si quieres comprar alguno en particular. Lógicamente, debe haber alguien en el grupo que no beba y, sí amigos, yo era el chófer ese día, así que me conformé con una pequeña cata y me reservé las ganas para la cena en la que degustamos un par de botellas que compramos. |
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